Distópica cuarentena

por Ramiro Gimeno

Arde el tráfico
en el fulgor de los autos.
Como bueyes ancestrales
se arrastran, se alejan,
se cruzan, se arriman 
chocan y Chocan.

En la lejanía,
una ciudad se aparea entre fierros y cemento.
Multitudes  
se alzan y se mueven.
Buscando existir hacen y consumen, 
se doblegan en el zumbido
de sus propios pasos, aturdidos.
Pero el hambre por todos lados, devora.
Los músculos tensos y los dientes de hierro,
muerden, mientras sangran las encías,
la piel sucumbe, se quiebra
ante los cuerpos y los objetos
que suturan las heridas
por donde derrapa la existencia imprecisa.

Los objetos se difuminan
tomados por
el laberinto, el abismo y la desidia,
entre la imagen que no llena
y el agujero que no se logra.

En esta escenografía siniestra
un bisturí eléctrico evita la hemorragia,
se abre la flor del encuentro, el arte del vínculo.
El abrazo tala en seco las defensas,
habitarnos entre los agujeros,
cerrarnos los unos con los de otros.
Lo completo no existe,
pero las heridas ya no sangran.
Sólo salvación en el entretodxs.


PH: Esteban Barisani

Gimeno Ramiro es psicoanalista, Becario Honorario del Centro de Salud mental N°1,
docente de Teoría Y Práctica En Psicoanálisis, investigador Universidad CAECE.

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